terça-feira, 1 de abril de 2008

Mezcla de intereses en la Cumbre de OTAN

José Joaquim G. da Costa Filho
La cumbre de OTAN que ocurrirá en dos días seguramente llamará la atención de la mayoría de los analistas en seguridad internacional. El principal foco de preocupación será la discusión sobre la posibilidad de adhesión de Ucrania y Georgia a la Alianza Atlántica aunque otros temas como la presencia militar en Afganistán también estén puestos sobre la mesa de negociación.
El caso de Ucrania sin duda presenta más factores reales para preocupación que lo de Georgia. La visita de Bush a Kiev que empezó ayer sólo confirma eso. Junto con el presidente y la primera ministra ucranios que son prooccidentales, Bush ya reafirmó su apoyo a la candidatura de Ucrania para volverse miembro de OTAN. Sin embargo, este anuncio se dio en medio a protestos populares contra las políticas pro-OTAN del gobierno. Este extremismo contra políticas prooccidentales y de alineación al Kremlin se presenta como dominante en el leste de Ucrania. Esto es uno de los motivos para el hecho de que más de 5.000 agentes están responsables por la seguridad del presidente americano en Kiev.
Para comprender la actual situación, además de analizar la pesada retórica de combate entre Estados Unidos y Rusia por influencia en Ucrania, también es necesario tomar en cuenta la división existente en el continente europeo sobre la cuestión. Francia ya declaró que condena políticas antirrusas y no apoya la adhesión de Ucrania y Georgia. Esta posición parece ser la de Alemania también. Pero países como la República Checa, Polonia, Hungría y Rumania se pusieron a favor de las dos nuevas posibles candidaturas a la Alianza Atlántica. Esta dinámica de división entre los europeos casi seguramente resultará en falta de consenso en la Cumbre de OTAN, que es esencial para que sean aceptados los pedidos de Ucrania y Georgia para iniciar sus Planes de Acción para adhesión al grupo.
Entonces, surge la siguiente pregunta: por qué los Estados Unidos están tan dispuestos a seguir con esta política de confrontación retórica con Rusia si las posibilidades de OTAN aceptar las candidaturas de las dos ex-repúblicas soviéticas son casi nulas? Una posible respuesta para esta cuestión sea la intención americana de llamar la atención rusa e internacional para los casos de Ucrania y Georgia mientras mantiene las negociaciones para la instalación de un sistema anti-mísiles en la República Checa y Polonia fuera de foco y posibilita un progreso más rápido para ellas. En relación al acuerdo entre americanos y checos, casi todos los detalles ya fueron discutidos. Pero la respuesta concreta todavía no está clara. Probablemente esta semana sea esclarecedora.

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